Pompeya fue un importante puerto comercial del Imperio romano que pasó a la historia porque fue totalmente destruida y enterrada por una violenta erupción del volcán Vesubio el 24 de agosto del año 79 después de Cristo, y redescubierta recién durante el reinado Carlos VII de Nápoles, entre 1759 y 1788.
El rey intervino como patrono y fue visitante frecuente de los trabajos de excavación.
Las ruinas de la antigua ciudad romana se encuentran al oeste de la actual ciudad llamada también Pompeya y fueron decladas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
A pesar de todo el tiempo transcurrido, en la actualidad aún queda gran parte de Pompeya por desenterrar.






























